Hace mucho que la inspiración no llamaba a mi puerta de ese modo, y ojalá os guste.
Carta tercera
Me gustaría poder decir que todo empezó bien, pero estas
cosas casi nunca cumplen sus promesas. Han cambiado tantas cosas…
Cada amanecer aquí es igual: el mismo sol, la misma luz, la
misma sombra ausente de Kingdom Hearts… y las mil preguntas que siempre me
acechan. Son, como la oscuridad, mi compañía constante. Ojalá pudiera teneros
aquí a mi lado… Pero no, no puede ser. ¿Acaso no tomé mi decisión?
No puedo menos que reír aquí, sentada escribiendo cartas que
jamás leeréis. Pero las escribo, día tras día, mi absurda costumbre con la que
intento mantener la cordura.
¿Mas acaso se puede estar cuerdo sin un corazón? Oh,
preguntas y preguntas. La oscuridad me lo arrebató todo, me dio estos ojos
dorados que jamás podréis ver sin que el miedo deforme vuestros rostros. Y a
pesar de todo, la Llave Espada sigue acudiendo a mi mano cuando la llamo. Qué triste
ironía.
Recuerdo perfectamente esa noche en que todo se rompió. Yo
jamás os conté el conflicto en mi interior, la verdad es que os envidiaba. Todo
era tan sencillo para vosotros… la oscuridad no os tentaba como a mí, o eso
sigo creyendo, y tampoco teníais mi miedo. Quizás debí haber confiado en
vosotros, pero temía vuestra reacción. Y cuando la situación se forzó, cuando
todo se volvió desesperación, cedí.
¿Qué podría haber hecho? No podíamos ganar, eran cientos y nosotros
solo cinco. Os veía luchar, os sentía a mi lado, pero aunque vosotros lo dabais
todo yo apenas usaba una parte de mi poder. Y supe, o creí saber, que si no lo
hacía os iba a perder a todos. Mi memoria ahí es cristalina: durante un segundo
sentí poder absoluto recorriendo mi cuerpo y supe que, de quererlo, podía hacer
cualquier cosa con un gesto. Y me sumergí aún más.
Cuando terminé, sin embargo, la oscuridad se cobró su
precio.
Y aquí estoy yo, en el Castillo Inexistente. Según Ansem, no
tengo sentimientos… bendita ironía. ¿Acaso voy a creerle?
No hay comentarios:
Publicar un comentario